miércoles, 18 de agosto de 2010

Pérdida...

Desde el momento en que uno pierde algo, gana algo: la ausencia.
Al desprendernos de trozos de nuestras vidas se queda con nosotros el sentimiento de ausencia, el peso de aquello que no está, y que ahora hace falta. Intentamos maniobrar el miembro fantasma que hace gala de su partida dejándonos un vacío.

Desde el momento en que parte de nuestras vidas se queda atrás en el camino nos sentimos vacíos, incompletos. Desde... que perdemos seres queridos es que nos cuesta más querer a otro ser. Ni los corazones rotos se comparan con la irremediable pérdida del amor que estaba ahí antes de ser notado. Ni el tiempo borra al miembro fantasma que nos pena.

No puedo seguir ocultando la pena que siento, pues la vida me ha golpeado con la pérdida y ahora me pena la ausencia. ¿Saben? Llorar en silencio no es una forma real de expresión. No funciona si nos queremos desahogar. Nada cambia con unas lágrimas más ni unos ruidos menos. Y sin los seres verdaderamente amados la vida comienza a perder sentido.

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